Las pérdidas de anhelos jamás
serán borrados
si se llega a ver lo vehementes que son las estrellas;
que provocan una sonrisa fugaz,
pero dejan un recuerdo que
perdura hasta en las noches más gélidas.

Detrás de cada lágrima habrá
una razón de existir… en la infinidad de los sueños,
porque ni el espacio frío y vacío
les quitará lo esperanzados
a aquellos que dejaron sus ilusiones en
la infinitud de sus corazones.

Y en algún momento… yo pasaré raudo,
con la entelequia en mis manos,
sólo para mostrarle a los muertos
que las ruinas son sólo el principio para
revivir lo que quedó en las reminiscencias
de los que avivan en la mónada del universo.

Amor en un capullo

Moriría por una pizca de tus pláñidos,
estaría encantado de engolfar por ellos,
le llevaría un ósculo a su magneto de recuerdos.
Andaría moribundo por su cabeza,
nadaría sólo por su divinidad.

Idiosincrasia por ostento antes sus palabras
y eje quiero ser para su recelo:
«Tenaz aquel tembloroso amor,
égida tendré sus cabellos ante el sol».
Y cuando pienso en tu alma, es como ver
el arte deambulando por un lápiz;
moldeo cada trazo al expresar.

El amor y el anhelo

Buscaré tu sonrisa en cada poema,
y si no la encuentro, yo mismo lo crearé.