Crónicas del colapsoVoz y verbo

REC-ORDAR

REC-ORDAR

Santiago Buitrago Celis (Bogotá)

«Mueve con lentitud el paquete en su mano. Si se va ahora generará más sospechas. Debe quedarse ahí y comer sin el mínimo ruido posible.»

Procesando redes neuronales

Cargando…

Leyendo coordinadas espaciotemporales: 4.699, -74.055, 2130.
Reproduciendo…

S Se encuentra en un lugar con humedad. Siente el vapor que toca los dados de sus pies ampollados por entre los agujeros en los que antes se unía la suela con el botín de cuero. La aspereza de los callos de sus manos no le permite sentir la viscosidad de los líquidos que se desprenden de las bolsas plásticas. Su visión se hace más nítida. Negro en todas las direcciones. Como si hubiera quedado ciego, moviendo la cabeza de un lado a otro. Cargando… Recupera la vista. Igual, el lugar parece estar pésimamente iluminado. Plásticos delgados y arrugados de tonalidades grises y negras. Reporte: hasta este momento no se percibe señal de audio. Se capta. Lluvia. Ácida y a cántaros. Los vellos de su piel se levantan. En los últimos dos minutos la temperatura ha descendido considerablemente. Levanta la cabeza. Pequeñas gotas de agua se filtran y descienden de una rampa de concreto que cubre su cabeza. Proposición 1: Está en un puente.

Sabe lo que tiene que hacer. Los pocos otros que están cerca hacen lo mismo. Abrir una bolsa, clasificar, pasar a la siguiente bolsa. Sus movimientos son lentos. Aunque su visión no mejora por completo, puede ver las llagas en el dorso de la mano derecha y en la palma de la izquierda. Después de un minuto y siete segundos siente algo en su estómago. Un dolor que puede ser por una infección o por falta de comida. Ambas son igual de probables. Sabe lo que tiene que hacer, pero no quiere. Hace mucho que le queda esa última ración, pero teme desperdiciarla. Intenta seguir clasificando las bolsas. Su estómago emite un sonido. Intenta no dejarse de ver de ninguno de los sujetos que empiezan a mirarlo con atención y sevicia cuando deja caer la bolsa al concreto. En lo profundo de su abrigo, sus dedos sienten una envoltura. Intenta pasar saliva pero está tan deshidratado que lo único que consigue es que la lengua se le pegue al paladar. Proposición 2: Tiene hambre.

Mueve con lentitud el paquete en su mano. Si se va ahora generará más sospechas. Debe quedarse ahí y comer sin el mínimo ruido posible. Espera un poco. Escucha pasar varias motos y una ambulancia muy cerca, levantando el agua de los charcos que se forman al lado de una alcantarilla bloqueada. De pronto puede camuflar el sonido… Pasan varios motores juntos. Varios camiones. Aprovecha y destapa el paquete. Un solo mordisco que se lleva la mitad de la barra. Cierra los ojos. Sus niveles de dopamina se disparan. Antes de abrir los ojos un encapotado lo toma del hombro, le da la vuelta y lo sujeta por la chaqueta. Hipótesis 1: Concentrarse en ocultar el sonido lo distrajo de ocultar el olor. Dos corpulentas figuras más se acercan. La ausencia de marcas con tinta en su frente y sus mejillas lo delatan. Intenta mirar por entre los torsos de sus captores y ve en todos las mismas líneas de tinta que sabe que no tiene. Proposición 3: No pertenece ahí. Predicción: Perteneciente a la ola migratoria del Estado del Este al Distrito Central en la década del 2030, 83% verdad.

Sus músculos no se contraen. No realiza ningún procedimiento físico ni psicológico para defenderse. El que lo sujeta ya le ha quitado la mitad de la barra que le quedaba. No tiene la dentadura completa, pero su pronunciación se hace inteligible. “¿Mataste a alguien por esto? ¿Dónde lo conseguiste?… No importa. No debería hacerte daño, este pedazo que me diste nos dará suero para vivir por dos meses. Imagina entonces si soy capaz de sacarte la otra mitad de las tripas antes de que lo digieras. Los de tu clase no son-“ Corta su discurso abruptamente. Una patrulla se estaciona al lado del puente. Descienden cuatro oficiales y un escáner. Algunos intentan correr. A lo lejos se escuchan más sirenas. El escáner irradia una luz roja por todo el espacio. “Señalando lecturas orgánicas”. Los tres sujetos que han manipulado la mitad de la barra reciben un disparo de pintura en la frente. Los oficiales se acercan al encapotado. “¿Qué les sucede? Esperen esto no es nuestro, revísenlo a-“ La descarga eléctrica que recibe en la nuca lo enmudece en un instante. Todos se dispersan. Los oficiales se llevan a unos cuantos sospechosos más que parecían marcharse con afán. Los suben a todos a un camión negro que acaba de estacionarse delante de la patrulla. Espera a que el caos se vaya. Se levanta con sigilo apoyándose en las bolsas que tiene detrás. No recuerda cómo terminó en el piso. Cuando confirma que no hay nadie cerca, revisa la bolsa que tiene en frente incrementando la velocidad de sus extremidades. Rasga el plástico. El desorden crece. Proposición 4: Está buscando algo.

Pasa una hora. Se limpia el sudor de la frente con el brazo. Sigue lloviendo. Los músculos de su rostro se tensionan en una mueca de disgusto y desesperación. Se levanta la manga derecha. Confirma la información del tatuaje que tiene bajo su capa de tejido biónico: 4.7.-74.21. Predicción: El recolector llegó a la ubicación correcta pero tarde, 90% verdad.

Después de cuarenta y cinco minutos sigue en medio de las bolsas. Cuando se aproxima alguna patrulla o vehículo sospechoso cesa sus actividades y pretende dormir. Según las normas del Distrito Central, a partir de las once ya no está permitido realizar ningún tipo de trabajo informal. Ve a su alrededor: cables, circuitos, procesadores, baterías, plásticos, microprocesadores, alambres de cobre, placas de oro: solo basura. Sus respiraciones son cada vez más lentas. Proposición 5: Está cansado. Continúa separando los residuos, arrodillado. Su visión se nubla, su cabeza tiembla. No son errores en la lectura de las redes neuronales. Su mano izquierda siente algo suave. No es metal ni plástico. Se despierta. Se endereza. Lo saca de la bolsa como si se le fuera a resbalar de la mano para siempre. Ahí está. La servilleta. El único residuo desechable debajo de ese puente, de todo el distrito. Debajo del cielo desde 2025. La desdobla. Restos de comida color rojo. No se pueden percibir los olores, pero el de la servilleta es profundo porque la acerca a su nariz e inhala profundamente. Un análisis gráfico de la memoria codificada de la servilleta arroja posibilidades de lo que pudo haber sido la comida: lasaña, 32%; estofado de pollo, 24%: otros, 44%. Saca de un bolsillo de su abrigo el lector de ADN con luz ultravioleta. Escanea la servilleta. Contiene ADN humano de hace menos de dieciocho horas. Predicción: Servilleta con la cual el ministro de Asuntos Exteriores Manuel Zapata entregó escondido el código de desactivación de silos a la secretaria administrativa del Estado de Emergencia, Alicia Vélez, 100% verdad. No hay alimentos preparados para quienes no forman parte de la Cúpula desde hace al menos quince años. Guarda la servilleta entre sus testículos y el pantalón. Sabe que si lo capturan y encuentran la servilleta todo estará perdido. Más perdido de lo que ya está. Fija rumbo al norte. Se escuchan las sirenas de varias patrullas. Aumenta la velocidad de sus pasos. Cuadro negro.

Cargando cambio de ubicación…

No se pueden encontrar las coordenadas espaciotemporales exactas. Cuatro-Seis minutos después de las dos de la madrugada ya se encuentra en el centro de acopio. Es el único ser humano al que se le puede ver el rostro completamente orgánico. Los populares parches biónicos de segunda a cuarta generación cubren a los otros, desde solo un ojo hasta todo el cuero cabelludo y parte de la frente y el cuello. Busca la estación de transmisión más cercana. Lo detiene un sujeto de un metro de altura con los dos brazos robóticos rodeado de perros rabiosos. Con tranquilidad e intentando mantener la respiración controlada levanta parte de su parche biónico para que se vea parte del tatuaje. El homúnculo calma a los animales. De otro de los bolsillos de su chaqueta, saca una bolsa de cien gramos. El otro la observa, se lleva la mano a la boca y le abre el paso. Proposición 6: Le entrega el pago acordado de cien gramos de semillas de girasol. Camina hasta el umbral de la puerta. Escucha un ruido. Se da la vuelta. Luces de patrulla al fondo. Un oficial sujeta una cabeza humana con pintura en la frente. La culata de un rifle va directo a su cara. Corte a negro.

Fin de la transmisión.

La siguiente transmisión hace parte del reporte de memoria de uno de los recolectores que rescatamos del camión con destino a la Planta de Compostaje del Distrito. Ruta Sur kilómetro seis. Su cerebro fue útil durante veinticuatro minutos. Se da por concluida la transcripción a mano y se procede a destruir toda copia digital y virtual de la transmisión. No había rastros de la servilleta con los cadáveres. No pudimos negociar la desactivación de los silos. Se esperan bombardeos mañana.

Reporte: 2049:05:23:21:19

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Santiago Buitrago Celis

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Cine y televisión

 

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