Crónicas del colapsoVoz y verbo

Apocalipsis zombie

Apocalipsis zombie

Camilo A. Rincón (Bogotá)

«Soy un hombre hediondo, pero tímido (respira, con dificultad, mientras intenta abrazar al zombi amarillo). A veces te pienso»

PERSONAJES

Zombi rojo

Un hombre de treinta años, que viste un traje rojo raído y mueve su cuerpo como si
estuviera ebrio.

Zombi amarillo.

Mujer de veinticinco años. Viste un traje amarillo roto y mueve su cuerpo con
dificultad.







ACTO ÚNICO

La escena se desarrolla en un potrero circundado de escombros. Hay poca luz.
El zombi rojo y el zombi amarillo se miran con desconcierto. Hablan con voz
entrecortada.

ZOMBI ROJO: No es fácil recorrer esta ciudad amorfa y destruida por las bombas.

ZOMBI AMARILLO: En tu pensamiento fluyen imágenes sin sentido, tus ideas no
coinciden con las mías.

ZOMBI ROJO: Soy coherente.

ZOMBI AMARILLO: Dices disparates acerca de lo que nos rodea (hace una pausa
prolongada). No comprendo tu punto de vista y mucho menos entiendo tu falta de
apego por un espacio circundado de muertos vivientes.

ZOMBI ROJO: Tengo inquietudes. (Mira a un costado del proscenio). Aquí los
ciudadanos se parecen a nosotros. Sus caras simulan estar confundidas. No me
siento bien en un lugar que atemoriza la conciencia.

ZOMBI AMARILLO: ¿Hablas en serio? Parece que cuestionas su fisionomía y la
realidad de su universo.

ZOMBI ROJO: Soy consciente de que nuestras creencias giran en torno a la muerte.

ZOMBI AMARILLO: Vives nuevas experiencias, pese al mal olor que se respira
(hace una pausa dramática, mientras lo mira con dulzura). Te encanta esta urbe en
la que los árboles marchitos se camuflan con la ceniza que flota en el aire. (Se le
acerca al rostro con cuidado). Supongo que me ves en los momentos menos
oportunos del mes, ¿exagero?

ZOMBI ROJO: Es el lapso que tengo para manifestar mis deseos. Estoy ocupado
en mis quehaceres diarios (suelta una risita quisquillosa). Mi cuerpo se ha
desfigurado para asustar a los humanos. Mi trabajo es confuso (hace un ademán
de hombre importante). De hecho, soy un zombi erudito que no sabe si es capaz
de amar.

ZOMBI AMARILLO: Haces cosas impensables. En cambio, yo a duras penas me
levanto de la tumba y aterrorizo a los moscos negros que tragan estiércol de los
potreros. Mi personalidad es compleja (le toma una de las manos del zombi rojo y
luego la suelta con cariño). Creo que eres un zombi inteligente.

ZOMBI ROJO: Soy un hombre hediondo, pero tímido (respira, con dificultad,
mientras intenta abrazar al zombi amarillo). A veces te pienso.

ZOMBI AMARILLO: (Exclama con sorpresa). ¿En serio?

ZOMBI ROJO: Eres diferente. Tu aliento suele confundirse con el gas mostaza
(mira sus ojos). De hecho, veo la manifestación de los espíritus dolidos a través
de tus ojos. (Respira, con dificultad). Me piensas, ¿verdad?

ZOMBI AMARILLO: Sí, pero dudo.

ZOMBI ROJO: Soy real y vivo de milagro (da un giro alrededor del zombi amarillo).
Eres la mujer más linda del mundo.

ZOMBI AMARILLO: Tú también eres increíble, pero tengo preguntas.

ZOMBI ROJO: Luego te doy respuestas.

ZOMBIE AMARILLO: Toma tu tiempo.

ZOMBI ROJO: Digo cosas sin sentido.

ZOMBI AMARILLO: Tienes unas ideas que no han sido valoradas o evaluadas por
otros muertos que fingen estar carcomidos por los insectos.

ZOMBI ROJO: Sabes que soy un tipo brillante.

ZOMBI AMARILLO: (Hace una pausa dramática). Si eres tan inteligente, deberías
amarme con locura desenfrenada.

ZOMBIE ROJO: Suena interesante tu propuesta.

ZOMBI AMARILLO: Desgarra mi piel y haz un corazón con pelos de ratón.

ZOMBI ROJO: (La mira con desconfianza). Tienes razón, pero no creo que pueda,
te dolería demasiado. Tus gritos podrían llamar la atención de las estatuas de la
ciudad. De cierto modo, se pueden sentir comprometidas con tu sufrimiento.

ZOMBI AMARILLO: ¿Vas a cambiar mi destino?

ZOMBI ROJO: (Mira rápido su reloj de pulsera y mueve su cuerpo como si
estuviera de afán).Disculpa, tengo que irme (la mira a sus ojos tuberculosos).
Debo asustar un par de mujeres, cuyo cuerpo no ha cambiado con la radiación.

ZOMBI AMARILLO: (Toma una de sus manos) ¡Vamos, quédate!

ZOMBI ROJO: Imposible. Mi trabajo es exigente, pese a estar rodeado de ratas e
insectos en forma de buitres.

ZOMBI AMRAILLO: Espera, tú y yo somos especiales.

ZOMBI ROJO: Existen seres abominables parecidos a las hienas.

ZOMBI AMARILLO: No los he visto.

ZOMBI ROJO: No los has visto porque siempre has estado a mi lado.

ZOMBI AMARILLO: ¿Sí?

ZOMBI ROJO: Claro que sí.

ZOMBI AMARILLO: Estamos unidos.

ZOMBI ROJO: Tú y yo siempre nos miramos a los ojos (intenta gritar, pero se tapa
el rostro con una de sus manos). Es posible que el gas sarín queme nuestro cuerpo.

ZOMBI AMARILLO: Es un futuro desalentador. Quiero vivir como muerta.

ZOMBI ROJO: Estás sin vida (pausa). Estoy pendiente de ti.

ZOMBI AMARILLO: ¿Estás pendiente? Te doy lo que deseas.

ZOMBI ROJO: Creo que sí. Haces lo que se te da la gana.

ZOMBI AMARILLO: ¿Y si nos casamos?

ZOMBI ROJO: ¡Exageras! Te he dicho que mi corazón ya no late.

ZOMBI AMARILLO: Es la única herramienta que tenemos para unir nuestros instintos.

ZOMBI ROJO: Pienso en tus frases románticas (dice mientras mira su reloj de
pulsera). Me tengo que ir. Debo asustar a los niños albinos.

ZOMBI AMARILLO: (Habla con rabia) Creo que te vas a un pueblo similar al infierno
para amar y no ser amado. ¿Eres tonto? (pausa) Vamos, por favor, quédate, cásate
conmigo. Estoy segura de que tendremos hijos cicatrizados que no vivirán dentro
de una familia disfuncional. Piensa en mi destino, en todo lo que puedo dar a tu
estómago vacío. Tú eres un hombre con algo de carne que mantendrá mis gustos
vivos.

ZOMBI ROJO: Te noto ansiosa, hablas demasiado. Cuando te conocí, hablabas de
otra manera, pensabas en los asteroides. Creo que has cambiado y no te das
cuenta de que vivimos en una ciudad apocalíptica.

ZOMBI AMARILLO: Mi mundo gira en torno a tus nobles sentimientos.

ZOMBI ROJO: (Pone su oreja en el suelo, con el ánimo de cambiar la conversación).
Escucha cómo late el corazón de la tierra.

ZOMBI AMARILLO: ¿De qué hablas?

ZOMBI ROJO: Hazte a un lado. La superficie nos absorberá.

ZOMBI AMARILLO: Estás loca.

ZOMBI ROJO: Hablo en serio (mira su reloj de pulsera y mueve su cuerpo como si
estuviera de afán). Me tengo que ir (intenta correr, pero el zombi amarillo lo detiene)
¿Qué pasa?, ¿eres la mujer que debe permanecer en este camino? (De forma
repentina, se escucha un ruido aterrador que inunda toda la superficie de la tierra).

ZOMBI AMARILLO: Siento que debemos estar unidos (dice con miedo).

ZOMBI ROJO: (Mira el proscenio con sigilo), Creo que vivimos con el diablo.

ZOMBI AMARILLO: Me asustas.

ZOMBI ROJO: (Camina alrededor del proscenio). No te asusto. Las entrañas tienen
el poder de absorber los desperdicios, nosotros somos parte de una comunidad
de zombis que viven a merced del infortunio.

ZOMBI AMARILLO: Y, ¿si la tierra nos separa?, ¿te veré?

ZOMBI ROJO: Obvio.

ZOMBI AMARILLO: ¿Dónde?

(Se escucha un grito ensordecedor. El escenario se oscurece un poco y únicamente
se ve la cara de los zombis).

ZOMBI ROJO: El ruido es el reflejo de mis malos pensamientos.

ZOMBI AMARILLO: Abrázame, no quiero que me descuarticen y utilicen mis
huesos para hacer una casa pobre.

ZOMBI ROJO: Nadie cortará tu cara cicatrizada con tijeras para podar pasto.

ZOMBI AMARILLO: Puede ser el fin de nuestra aventura.

ZOMBI ROJO: Te escogí (toma una de sus manos y la besa con ternura). Eres la
mujer que ama mis fantasías y sueños turbios.

ZOMBI AMARILLO: Te deseo.

(Se escucha la explosión de una bomba nuclear. El sonido perdura por unos
minutos. Acto seguido, el escenario oscurece por completo).

ZOMBI ROJO: (Habla en voz baja) ¿Estás ahí?, ¿respiras? (Hace una pausa
prolongada). Siento que mi voz se camufla con el zumbido de los moscos.
¿Estás viva? Habla, ¿estás cerca? Dame la mano, así sea para darte un mordisco,
quiero destrozar tu cadera con mis brazos putrefactos. ¿Te gusta?, hablo en serio.
¿Estás sola? Te necesito, así sea para olerte un poco. Creo que tengo fuerza para
esperarte en esta ciudad descompuesta, no quiero que olvides mi nombre.
He hecho cosas para que se conserven en la posteridad, y las recordarás,
¿me escuchas? Tú eres parte de mi destino, somos seres que deambulamos entre
polvos radioactivos. ¿Dependes de mí? Es probable que sí, no me he ido. Después
de todo, estoy en la penumbra o en el borde del abismo. ¿Me escuchas? Somos
zombis en el apocalipsis. ¿Te espero? Quizás, el sol brille y pueda ver tu cara
cicatrizada (pausa). ¿Puedes oler mi hediondes y la mierda que tengo en los
intestinos? Si vives, puedes recorrer esta ciudad. Si estás muerta y respiras un
poco, puedes descansar en paz. Nadie te querrá. ¿Vivirás en el olvido? Tal vez,
¿verdad? ¿Me pensaras? Creo que sí, yo hago parte de tu memoria finita, soy un
recuerdo o algo más que una semblanza. ¿Me quieres? Lo sabes más que nadie,
¿verdad?

(Luego de algunos unos minutos, una mujer grita de forma escalofriante).

El autor

Camilo A. Rincón

Camilo A. Rincón​

Maestro en Artes Escénicas

Camilo A. Rincón​

Maestro en Artes Escénicas

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